3.4

Una red transnacional

La historia de L'Assocazione ilustra muy bien el modo de operación transnacional del movimiento anarquista.
Los militantes anarquistas eran móviles. Con frecuencia solo tenían un lazo muy holgado con el lugar donde residían físicamente, mientras mantenían fuertes lazos con los compañeros en otros países. Dicha movilidad se debía en parte a la persecución. Los anarquistas fueron generalmente perseguidos por serlo, como mejor lo ejemplifican los cargos de 'asociación criminal' en Italia, y el exilio era a menudo su estado común. Otro factor relevante era la emigración, una suerte que caía en los anarquistas como trabajadores, y que compartían con los trabajadores italianos en general. En concordancia, los lazos transnacionales eran más densos en líneas étnicas y lingüísticas, pero de ningún modo se limitaban a aquellas. Los anarquistas eran además internacionalistas. La red anarquista internacional puede asemejarse con la 'hidra de múltiples-cabezas' ['La hidra de la revolución'] descrita por Linebaugh y Redliker. Con ese término se refieren al proletariado móvil, trasatlántico y diverso que resistió al capitalismo expansionista entre el siglo diecisiete y comienzos del diecinueve.1 La hidra anarquista, de la que eran parte los italianos y su red étnica, tenía sus orígenes en Italia, España, y Francia, y se esparcía en torno al océano Atlántico, desde la Europa continental y Gran Bretaña hasta Sud y Norteamérica, y a través del mar Mediterráneom especialmente en Egipto y Tunisia.
En los relatos estándar, un Malatesta errante cruza el océano Atlántico, desembarca en Niza, funda un periódico italiano ahí, luego empaca de nuevo y va a Londres. Sin embargo, ninguno de estos lugares era terra incógnita. Desde una perspectiva transnacional, Argentina, Francia, Inglaterra, e Italia eran parte del mismo, gran, mapa anarquista. Para el momento en que Malatesta y sus compañeros — Francesco y Luisa Pezzi y Galileo Palla — abandonaron Buenos Aires, Talchi ya estaba en Niza, Merlino ya estaba en Londres, y Cioci y Consorti estaban aún en Italia. Cada uno de ellos jugó un papel en el proyecto editorial de Malatesta.
Del mismo modo en que una perspectiva transnacional revela la continuidad geográfica del movimiento anarquista, apreciar tal movimiento como una red de militantes hace posible detectar su continuidad cronológica.
En la teoría de grafos, una red social se representa en términos de puntos, de nodos, que representan a los actores, y líneas, o bordes, que representan a los lazos o relaciones. En la red anarquista los nodos eran individuos y pequeños grupos, y los lazos consistían en intercambios de información, incluyendo acuerdos prácticos para la acción. Permitiendo la coordinación de la actividad, la red anarquista era entonces una forma de organización, aunque informal.
Una red transnacional es un objeto elusivo de estudiar. La aproximación tradicional institucional a la historia se centra en organizaciones formales, usualmente de ámbito nacional. Una red transnacional es la antítesis de aquello: es informal, y traspasa las fronteras nacionales.
Una organización formal tienen una estructura con roles fijos. Diferentes individuos ocupan diferentes roles en diferentes momentos, pero la estructura sigue siendo la misma. Incidentalmente, se debe notar que las organizaciones formales, también calzan con la definición de red social. Sin embargo, cuando utilizo el término 'red' sin más clasificación, la referencia es a aquellas informales.
En contraste con las organizaciones formales, los nodos no tenían configuración fija en la red anarquista. No había articulación de un centro versus una periferia, o de arriba versus abajo. La información no tenía dirección fija. Ciertamente, se puede hacer distinciones dentro de la red anarquista también. El análisis de redes sociales define varias nociones de 'centralidad' en una red: la 'centralidad de grado' se el número de lazos directos de un actor; la 'centralidad de cercanía' en la distancia entre un actor y todos los demás; y la 'centralidad de intermediación' en el número de lazos indirectos en los que un actor interviene como intermediario. Tales conceptos ciertamente aplican a la red anarquista, donde algunos individuos disfrutaban de mayor prominencia, prestigio, o influencia. Se puede caracterizar a éstos como los líderes del movimiento, aunque se debe añadir que otros militantes, cuya relevancia puede probablemente medirse en términos de 'intermediación', podían típicamente satisfacer un efectivo rol de enlace manteniendo un perfil relativamente bajo en el movimiento. De todos modos, no existía rol institucional alguno.
La continuidad temporal de una organización formal se sigue con mayor naturalidad a través de su estructura, que persiste a través de los cambios de individuos que ocupan sus posiciones. Por el contrario, en una red los individuos pueden seguir siendo los mismos, mientras que la configuración puede seguir cambiando. Por lo tanto, mientras las búsqueda de organización en sentido formal es elusiva, la continuidad de acción se estudia mejor siguiendo a los actores y sus conexiones a largo plazo. Esto podría traer un fuerte nivel de integración sostenida que no podría ser fácilmente detectada de otro modo.
No pretendo un estudio sistemático de la red anarquista. Sin embargo, en el grado en que la investigo, mi aproximación se asemeja a métodos 'ego-céntricos'. En vez de rastrear toda una red, selecciono un 'ego focal', es decir Malatesta, e identifico los nodos con los que se conecta. Un paso posterior sería revisar 'alter conexiones', es decir, determinar cuáles de los nodos identificados en el primer paso se conectan los unos con los otros. Emprendo este segundo paso solo ocasionalmente. Mi foco está principalmente en rastrear la persistencia de lazos, para así detectar la continuidad temporal.
Por ejemplo, rastrear la red local de Malatesta en el tiempo revela una continuidad de acción entre su primer Quesione Sociale y L'Associazione, entre su trabajo en Florencia y en Niza y Londres cinco años más tarde. Es iluminador comparar el pequeño tamaño y lo hermético de esta red local con su amplitud geográfica. Podría no sorprender que ocho actores — Malatesta, los Pezzi, Palla, Merlino, Talchi, Cioci, y Consorti — se trasladasen entre cuatro locaciones. Lo que es más sorprendente es que las cuatro locaciones — Florencia, Buenos Aires, Londres, y Niza — abarcara tantos países en dos continentes.
La importancia de las redes transnacionales para comprender cómo funcionaba el anarquismo italiano en el país natal ha sido señalado por el historiador británico Carl Levy, quien destaca que el exilio 'creó redes ocultas organizativas y financieras móviles, lo cual explica en gran medida por qué el movimiento podía de repente volver a la vida en Italia tras años de letargo'.2 El concepto de red ha sido utilizado solo ocasionalmente por los historiadores del anarquismo, pero la situación está cambiando. Las redes como medios anarquistas de organización han recibido en general creciente atención, especialmente con el avance de Internet. Así, un reporte del Servicio de Inteligencia y Seguridad Canadiense sobre el movimiento anti-globalización destaca que 'la Internet le ha dado un soplo de nueva vida a la filosofía anarquista, permitiendo la comunicación y coordinación sin necesidad de una fuente central de mando, y facilitando acciones coordinadas con mínimos recursos y burocracia'.3 Tal vez sería más correcto decir que la filosofía anarquista le ha dado un soplo de nueva vida a la Internet, pues la comunicación y coordinación descentralizada han caracterizado al anarquismo por mucho más tiempo que a la Internet. Los portadores de información eran militantes móviles y trabajadores migrantes en vez de cables de fibra óptica.
La organización en red ha llegado a ser vista incluso como un rasgo definitorio del anarquismo. Para George Woodcock, 'parece evidente que el anarquismo lógicamente puro va contra su propia naturaleza cuando intenta crear elaboradas organizaciones internacionales e incluso nacionales'. Quizás Malatesta carecía de lógica o pureza, para los estándares de Woodcock, pero se debe destacar que él era un fuerte defensor de la organización, incluso en forma de partido. La organización era un tema prominente en L'Associazione, como lo será en todos los periódicos siguientes de Malatesta. Así que, no obstante el lugar central de la organización en red en el movimiento anarquista, la dependencia de Malatesta en la red anarquista en vez de en estructuras formales fueron en virtud de la necesidad. Ciertamente éstas se deben a las restricciones que surgían de la persecución y el exilio, pero eran también el resultado de una oposición interna a su esfuerzo por construir estructuras organizativas permanentes.
Es necesario que el historiador estudie la organización informal para comprender cómo funcionaban los movimientos anarquistas. Que la organización informal es necesaria para que funcionen los movimientos anarquistas es sin embargo un asunto distinto, al que el historiador no necesita recurrir.


1 Peter Linebaugh y Marcus Redliker, The Many-Headed Hydra: Sailors, Slaves, Commoners, and the Hodden History of the Revolutionary Atlantic (Boston: Beacon Press, 2000).
2 Carl Levy, "Italian Anarchism, 1870-1926", en For Anarchsm: History, Theory, and Practice, ed. David Goodway (Londres y Nueva York: Routledge, 1989), 44.

3 "Report No. 2000/08: Anti-Globalization -- A Spreading Phenomenon", Perspectives, 22 de agosto de 2000; acceso en http://www.csis.gc.ca/en/publications/perspectives/200008.asp , 20 de junio de 2007.