Una
red transnacional
La
historia de L'Assocazione
ilustra
muy bien el modo de operación transnacional del movimiento
anarquista.
Los
militantes anarquistas eran móviles. Con frecuencia solo tenían un
lazo muy holgado con el lugar donde residían físicamente, mientras
mantenían fuertes lazos con los compañeros en otros países. Dicha
movilidad se debía en parte a la persecución. Los anarquistas
fueron generalmente perseguidos por serlo, como mejor lo ejemplifican
los cargos de 'asociación criminal' en Italia, y el exilio era a
menudo su estado común. Otro factor relevante era la emigración,
una suerte que caía en los anarquistas como trabajadores, y que
compartían con los trabajadores italianos en general. En
concordancia, los lazos transnacionales eran más densos en líneas
étnicas y lingüísticas, pero de ningún modo se limitaban a
aquellas. Los anarquistas eran además internacionalistas. La red
anarquista internacional puede asemejarse con la 'hidra de
múltiples-cabezas' ['La hidra de la revolución'] descrita por
Linebaugh y Redliker. Con ese término se refieren al proletariado
móvil, trasatlántico y diverso que resistió al capitalismo
expansionista entre el siglo diecisiete y comienzos del diecinueve.1
La hidra anarquista, de la que eran parte los italianos y su red
étnica, tenía sus orígenes en Italia, España, y Francia, y se
esparcía en torno al océano Atlántico, desde la Europa continental
y Gran Bretaña hasta Sud y Norteamérica, y a través del mar
Mediterráneom especialmente en Egipto y Tunisia.
En
los relatos estándar, un Malatesta errante cruza el océano
Atlántico, desembarca en Niza, funda un periódico italiano ahí,
luego empaca de nuevo y va a Londres. Sin embargo, ninguno de estos
lugares era terra incógnita. Desde una perspectiva transnacional,
Argentina, Francia, Inglaterra, e Italia eran parte del mismo, gran,
mapa anarquista. Para el momento en que Malatesta y sus compañeros —
Francesco y Luisa Pezzi y Galileo Palla — abandonaron Buenos
Aires, Talchi ya estaba en Niza, Merlino ya estaba en Londres, y
Cioci y Consorti estaban aún en Italia. Cada uno de ellos jugó un
papel en el proyecto editorial de Malatesta.
Del
mismo modo en que una perspectiva transnacional revela la continuidad
geográfica del movimiento anarquista, apreciar tal movimiento como
una red de militantes hace posible detectar su continuidad
cronológica.
En
la teoría de grafos, una red social se representa en términos de
puntos, de nodos, que representan a los actores, y líneas, o bordes,
que representan a los lazos o relaciones. En la red anarquista los
nodos eran individuos y pequeños grupos, y los lazos consistían en
intercambios de información, incluyendo acuerdos prácticos para la
acción. Permitiendo la coordinación de la actividad, la red
anarquista era entonces una forma de organización, aunque informal.
Una
red transnacional es un objeto elusivo de estudiar. La aproximación
tradicional institucional a la historia se centra en organizaciones
formales, usualmente de ámbito nacional. Una red transnacional es la
antítesis de aquello: es informal, y traspasa las fronteras
nacionales.
Una
organización formal tienen una estructura con roles fijos.
Diferentes individuos ocupan diferentes roles en diferentes momentos,
pero la estructura sigue siendo la misma. Incidentalmente, se debe
notar que las organizaciones formales, también calzan con la
definición de red social. Sin embargo, cuando utilizo el término
'red' sin más clasificación, la referencia es a aquellas
informales.
En
contraste con las organizaciones formales, los nodos no tenían
configuración fija en la red anarquista. No había articulación de
un centro versus una periferia, o de arriba versus abajo. La
información no tenía dirección fija. Ciertamente, se puede hacer
distinciones dentro de la red anarquista también. El análisis de
redes sociales define varias nociones de 'centralidad' en una red: la
'centralidad de grado' se el número de lazos directos de un actor;
la 'centralidad de cercanía' en la distancia entre un actor y todos
los demás; y la 'centralidad de intermediación' en el número de
lazos indirectos en los que un actor interviene como intermediario.
Tales conceptos ciertamente aplican a la red anarquista, donde
algunos individuos disfrutaban de mayor prominencia, prestigio, o
influencia. Se puede caracterizar a éstos como los líderes del
movimiento, aunque se debe añadir que otros militantes, cuya
relevancia puede probablemente medirse en términos de
'intermediación', podían típicamente satisfacer un efectivo rol de
enlace manteniendo un perfil relativamente bajo en el movimiento. De
todos modos, no existía rol institucional alguno.
La
continuidad temporal de una organización formal se sigue con mayor
naturalidad a través de su estructura, que persiste a través de los
cambios de individuos que ocupan sus posiciones. Por el contrario, en
una red los individuos pueden seguir siendo los mismos, mientras que
la configuración puede seguir cambiando. Por lo tanto, mientras las
búsqueda de organización en sentido formal es elusiva, la
continuidad de acción se estudia mejor siguiendo a los actores y sus
conexiones a largo plazo. Esto podría traer un fuerte nivel de
integración sostenida que no podría ser fácilmente detectada de
otro modo.
No
pretendo un estudio sistemático de la red anarquista. Sin embargo,
en el grado en que la investigo, mi aproximación se asemeja a
métodos 'ego-céntricos'. En vez de rastrear toda una red,
selecciono un 'ego focal', es decir Malatesta, e identifico los nodos
con los que se conecta. Un paso posterior sería revisar 'alter
conexiones', es decir, determinar cuáles de los nodos identificados
en el primer paso se conectan los unos con los otros. Emprendo este
segundo paso solo ocasionalmente. Mi foco está principalmente en
rastrear la persistencia de lazos, para así detectar la continuidad
temporal.
Por
ejemplo, rastrear la red local de Malatesta en el tiempo revela una
continuidad de acción entre su primer Quesione
Sociale
y L'Associazione,
entre su trabajo en Florencia y en Niza y Londres cinco años más
tarde. Es iluminador comparar el pequeño tamaño y lo hermético de
esta red local con su amplitud geográfica. Podría no sorprender que
ocho actores — Malatesta, los Pezzi, Palla, Merlino, Talchi, Cioci,
y Consorti — se trasladasen entre cuatro locaciones. Lo que es más
sorprendente es que las cuatro locaciones — Florencia, Buenos
Aires, Londres, y Niza — abarcara tantos países en dos
continentes.
La
importancia de las redes transnacionales para comprender cómo
funcionaba el anarquismo italiano en el país natal ha sido señalado
por el historiador británico Carl Levy, quien destaca que el exilio
'creó redes ocultas organizativas y financieras móviles, lo cual
explica en gran medida por qué el movimiento podía de repente
volver a la vida en Italia tras años de letargo'.2
El concepto de red ha sido utilizado solo ocasionalmente por los
historiadores del anarquismo, pero la situación está cambiando. Las
redes como medios anarquistas de organización han recibido en
general creciente atención, especialmente con el avance de Internet.
Así, un reporte del Servicio de Inteligencia y Seguridad Canadiense
sobre el movimiento anti-globalización destaca que 'la Internet le
ha dado un soplo de nueva vida a la filosofía anarquista,
permitiendo la comunicación y coordinación sin necesidad de una
fuente central de mando, y facilitando acciones coordinadas con
mínimos recursos y burocracia'.3
Tal vez sería más correcto decir que la filosofía anarquista le ha
dado un soplo de nueva vida a la Internet, pues la comunicación y
coordinación descentralizada han caracterizado al anarquismo por
mucho más tiempo que a la Internet. Los portadores de información
eran militantes móviles y trabajadores migrantes en vez de cables de
fibra óptica.
La
organización en red ha llegado a ser vista incluso como un rasgo
definitorio del anarquismo. Para George Woodcock, 'parece evidente
que el anarquismo lógicamente puro va contra su propia naturaleza
cuando intenta crear elaboradas organizaciones internacionales e
incluso nacionales'. Quizás Malatesta carecía de lógica o pureza,
para los estándares de Woodcock, pero se debe destacar que él era
un fuerte defensor de la organización, incluso en forma de partido.
La organización era un tema prominente en L'Associazione,
como lo será en todos los periódicos siguientes de Malatesta. Así
que, no obstante el lugar central de la organización en red en el
movimiento anarquista, la dependencia de Malatesta en la red
anarquista en vez de en estructuras formales fueron en virtud de la
necesidad. Ciertamente éstas se deben a las restricciones que
surgían de la persecución y el exilio, pero eran también el
resultado de una oposición interna a su esfuerzo por construir
estructuras organizativas permanentes.
Es
necesario que el historiador estudie la organización informal para
comprender cómo funcionaban los movimientos anarquistas. Que la
organización informal es necesaria para que funcionen los
movimientos anarquistas es sin embargo un asunto distinto, al que el
historiador no necesita recurrir.
1
Peter Linebaugh y Marcus Redliker, The
Many-Headed Hydra: Sailors, Slaves, Commoners, and the Hodden
History of the Revolutionary Atlantic
(Boston: Beacon Press, 2000).
2
Carl Levy, "Italian Anarchism, 1870-1926", en For
Anarchsm: History, Theory, and Practice,
ed. David Goodway (Londres y Nueva York: Routledge, 1989), 44.
3
"Report No. 2000/08: Anti-Globalization -- A Spreading
Phenomenon", Perspectives,
22 de agosto de 2000; acceso en
http://www.csis.gc.ca/en/publications/perspectives/200008.asp , 20
de junio de 2007.