3.3

Una "reaparición" oficial

No está claro dónde residió Malatesta justo después del lanzamiento del periódico en Niza a comienzos de octubre, pero al parecer retornó a Londres pronto. El 21 de octubre de 1889 el ministerio de exterior italiano informó a la embajada en Londres que Pezzi había enviado una carta el 8 de octubre desde Harrow, un suburbio londinense; luego otra nota del 24 de octubre añadía que 'el conocido Malatesta y Pezzi reciben desde Niza, bajo otro nombre, muchas cartas de la lista de correos en Harrow'; nuevamente, el 26 de octubre el ministerio confirmaba a su embajada en Londres que 'de otros datos de inteligencia pareciera que Malatesta permanece oculto en Londres'; y el mismo día el consulado en Niza fue informado por el mismo ministerio que 'Malatesta y Pezzo parecen estar en Londres, donde se mantienen en contacto regular con Cioci en Niza'. De acuerdo a la misma nota, L'Associazione era ingresado de contrabando en Italia por Leonilda Giacchetti,1 compañera de Cioci.
Finalmente, un lunes de octubre, Malatesta, como lo registra Max Nettlau — quien lo conoció en aquella ocasión —, hizo su entrada en la escena revolucionaria londinense:

Lo vi [a Malatesta] por primera vez un lunes, después de una sesión del Socialist League Council en la casa de la League, en Great Queen Street, W. C. A esas sesiones asistían miembros y se admitía igualmente visitantes y delegaciones. Entró con otro italiano, y se sentó calladamente en la parte de atrás. Yo me sentaba cerca de Víctor Dave que, según creo, lo había visto ya por la mañana en la oficina de la League, y me dijo que ese era Malatesta. Yo estaba infinitamente asombrado; conservaba la memoria de su personalidad en los viejos periódicos desde 1872 a 1884 como uno de los pocos que había permanecido fiel al movimiento a través de todos esos años, hasta que después desapareció, es decir, como luego supe, emigró a Sudamérica, Algunos ingleses se recordaban de él desde el congreso de 1881, pero para todos los demás, excepto para Dave, cuyos recuerdos abarcaban toda la Internacional, era desconocido, incluido William Morris, a quien poco le importaban, o mejor dicho nada, los movimientos continentales. Morris conoció entonces a Malatesta, sin embargo su campo de acción y su círculo de intereses siguieron distanciados. Yo fui presentado aquella noche a Malatesta por Dave, como alguien con un interés de anticuario en el anarquismo. La situación era algo extraordinaria, pues para los demás, y probablemente también para sí mismo, Malatesta era entonces un joven de 35 años, mientras que para mí, junto a Dave, que me había relatado ya mucho sobre la Internacional belga del 60 y del 70, era una de las más grandes antigüedades en el movimiento anarquista internacional que hubiera podido encontrar. (...) Ahí mismo, pues, tenía finalmente ante mis ojos, en carne y hueso, una de las más notables rarezas anarquistas, el desaparecido Malatesta.2

Nettlau era entonces un joven miembro de la Socialist League, todavía lejos de convertirse en el más importante historiador del anarquismo. Su percepción de Malatesta era probablemente común en los círculos socialistas conocedores sólo indirectamente de su actividad. Esa percepción es importante por su caracterización del anarquista italiano como 'una desaparecida rareza anarquista', que viene a formar una imagen de Malatesa como una figura histórica asociada a la experiencia de la extinta Internacional, en vez de como un militante activo.
Esa percepción no era injustificada, pues Malatesta había estado involucrado en la lucha por 18 años, toda una vida para muchos revolucionarios. Sólo viendo la militancia de 60 años de Malatesta en retrospectiva puede ser visto ese período como un prólogo. Dada la percepción expresada por Nettlau, su complemento podía sólo ser de sorpresa ante la viabilidad del proyecto anarquista de Malatesta en años venideros, la misma sorpresa que los historiadores exhiben como 'reapariciones' del anarquismo. Sin embargo la percepción de Malatesta como una 'desaparecida rareza anarquista', con un énfasis implícito en la brecha entre un pasado irrecuperable y el presente, habla elocuentemente de la sostenibilidad y adaptabilidad a condiciones cambiantes de su proyecto anarquista. Es menester del historiador reemplazar la sorpresa por una comprensión de los recursos intelectuales y materiales que hacían viable a aquel proyecto.
El último número de L'Associazione en salir de Niza fue el del 27 de octubre de 1889. El siguiente fue publicado desde Londres el 30 de noviembre. En el intertanto Malatesta mueve su residencia en Londres de Harrow a Fulham, al mismo sitio donde se estableció L'Associazione. El 7 de noviembre Malatesta le escribió a Gustave Brocher, quien también vivía en Londres: 'Ya no vivo en Harrow; te daré mi nueva dirección. Estaría agradecido si pudieses escribirme sobre las formalidades legales necesarias para establecer una imprenta y publicar un periódico'.3 El mensaje confirma que Malatesta había vivido en Londres bastante antes de su aparición 'oficial' de octubre de 1889. En concordancia, la transferencia de L'Associazione debiese quizás ser vista no como un cambio simultáneo de residencia y sede, sino como la reunión de la sede del periódico con la residencia de Malatesta. Los motivos de la transferencia de sede pueden verse muy distintos a esta luz. Usualmente son identificados con la seguridad personal de Malatesta tras su denuncia del espía Terzaghi. Sin embargo, Malatesta estaba probablemente ya de vuelta en Londres para el momento en que aparece el caso Terzaghi. Los motivos reales pueden haber tenido que ver más con la administración de L'Associazione. Niza era atractiva para propósitos del contrabandeo del periódico hacia Italia. Pero, el plano encontró dificultades desde el inicio, pues el primer número fue capturado en el cruce de frontera. Aparentemente, incluso el proceso de impresión fue hostigado por la policía francesa, resultando en que el segundo número tuvo que ser impreso a mano. Por lo tanto, las razones más fuertes para imprimir en Niza pueden haber fallado pronto, volviendo que el problema de la edición remota fuese inútil. Una explicación de este tipo fue ofrecida por El Productor: 'Los compañeros que editan y administran nuestro colega L'Associazione se vieron forzados a establecer su lugar de publicación en Londres, para así mejor garantizar la distribución del periódico'.4
Con la transferencia de la sede del periódico, el establecimiento de Malatesta en Londres se había completado.


1 Ministerio Italiano de Asuntos Exteriores al chargé d'affaires de la Embajada Italiana en Londres, 21, 24, y 26 de octubre de 1889, b. 39, fs. "1889, Ambasciatore Londra, partenza", ASDMAE; Ministerio de Asuntos Exteriores al Consulado Italiano en Niza, 26 de octubre de 1889, Polizia Internazionale, b. 3, fs. "Nizza, 1889, partenza", ASDMAE.
2 Nettlau, Vida de un anarquista, 146-7.

3 Epistolario, 57.
4 "Nelle Nostre File", Il Nuovo Combattiamo (Génova) 2, no. 10 (12 de octubre de 1889): 3; La Révolte (París), 26 de octubre - 1 de noviembre de 1889: 3; "Miscelánea", El Productor (Barcelona), no. 171 (15 de noviembre de 1889): 2.